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Portada art live aid

Por qué el debate sobre Band Aid se centra en lo que no debe

¿No hemos aprendido nada del pasado?

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El lanzamiento por parte de Band Aid del remix del 40 aniversario del tema Do They Know It’s Christmas (¿Saben ellos que estamos en Navidad?) ha provocado una serie de críticas que ya nos resultan conocidas. Afirman que iniciativas como esta «perpetúan estereotipos perjudiciales que frenan el crecimiento económico de África, lo que le cuesta al continente billones y destruye su dignidad, orgullo e identidad», mientras que el uso de «imágenes deshumanizantes... alimenta la lástima en lugar de la colaboración».

En la organización benéfica internacional Mary's Meals, todo nuestro enfoque se basa en el trabajo en colaboración con las comunidades locales  y en la creencia de que quienes necesitan apoyo pueden convertirse en los principales artífices de un futuro mejor para todos. Por lo tanto, como fundador de la organización, se podría suponer que simpatizo con estas opiniones. Sin embargo, últimamente este recurrente debate me está provocando un sentimiento muy diferente.

Mary's Meals: un movimiento global de personas que trabajan juntas

En 1985, mientras veía el concierto Live Aid siendo adolescente, me sentí impulsado a hacer mi primera donación a una organización benéfica. Las imágenes profundamente impactantes de aquellos niños demacrados en Tigray, Etiopía, acompañadas de una apasionada súplica llena de improperios de Bob Geldof, nos movieron a mis amigos y a mí a actuar.

Live aid art 1

Nunca hubiera imaginado que cuatro décadas después me encontraría en Tigray, Etiopía, frente a niños igualmente demacrados que sufren desnutrición aguda en medio de otra hambruna.

En los años transcurridos entre estos dos acontecimientos, pasé mucho tiempo en muchos de los países más pobres del mundo con Mary's Meals, una organización que establece programas de alimentación escolar en colaboración con las comunidades, en zonas donde millones de niños no pueden acceder a la educación debido al hambre. Las comidas diarias que servimos a millones de niños cada día escolar satisfacen su necesidad inmediata de alimento y los animan a asistir a clase, lo que les brinda la oportunidad de recibir una educación y una posible vía para salir de la pobreza. 

La clave del éxito de esta iniciativa es que todos estos programas están organizados por socios y personal locales, y que el funcionamiento diario del programa corre a cargo de voluntarios locales. Muchos de los voluntarios que participan en nuestro trabajo han sufrido ellos mismos el hambre y la pobreza, pero deciden dedicar su tiempo al programa porque ven que estas comidas escolares están transformando la vida de los niños de sus comunidades. 

Mary's Meals no es una solución impuesta por personas de occidente, sino un movimiento global de personas que trabajan juntas con un mismo objetivo: que todos los niños del mundo puedan comer al menos una vez al día en el colegio.

Live aid art 2

Etiopía está viviendo una catástrofe humanitaria

Llevamos desde 2017 desarrollando un programa de alimentación escolar en Tigray y hace varios meses visité a nuestros socios allí por primera vez en muchos años. El brutal conflicto de dos años y el bloqueo que aisló la región desde noviembre de 2020, así como la actual catástrofe humanitaria que ha dejado a su paso, han recibido poca atención. Alrededor de 600.000 personas murieron en el conflicto, una cifra que eclipsa el número de víctimas mortales de guerras mucho más destacadas de nuestro tiempo. A la enormidad de la recuperación necesaria se suma una prolongada sequía que ha provocado una grave crisis alimentaria, con más de 4,5 millones de personas que necesitan ayuda alimentaria urgente.

Hablé con muchos tigrayanos y todos habían experimentado recientemente el dolor del hambre, incluidos médicos y funcionarios del Gobierno. En tiempos desesperados, el hambre no respeta la clase social ni el origen económico. Una estudiante de medicina, que creció en una familia de clase media, lloró mientras me contaba la humillación de hacer cola para recibir ayuda alimentaria. Pasé tiempo con antiguos empresarios que ahora tienen que mendigar cada día para sobrevivir.

En el patio de un colegio hablé con dos niñas de 10 años que me dijeron que solo iban a clase gracias a Mary's Meals. Me alegró ver que las comidas estaban teniendo el impacto que buscamos. Y luego se me partió el corazón cuando supe que esas mismas dos niñas compartían cada día su comida escolar con niños hambrientos que mendigaban a la puerta de su colegio, a pesar de su propia incertidumbre sobre si habría comida en casa.

Muchos tigrayanos hicieron referencia a la hambruna de la década de 1980 (la que dio lugar al Live Aid y se cobró la vida de hasta un millón de personas). Todos ellos dijeron que temían que esta vez pudiera ser peor, a menos que el mundo actuara. Algunos recordaban lo que habían hecho los músicos en aquel entonces y me preguntaban por qué nadie estaba ayudando esta vez.

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La población de Tigray necesita medidas urgentes

Volví a casa, decidido a concienciar sobre la situación. Tenía la esperanza de que hubiera un gran interés por esta crisis humanitaria, de la que apenas se había informado, y de que la gente respondería generosamente si supiera lo que estaba pasando. Solo acerté a medias. En los meses transcurridos desde entonces, los partidarios de nuestra labor, entre ellos Band Aid Charitable Trust, han respondido con una generosidad increíble y, como resultado, más de 110.000 niños comen ahora cada día en Tigray gracias a Mary's Meals, frente a los 30.000 que lo hacían a principios de año. 

Pero también me ha sorprendido la indiferencia que hay más allá de eso. La mayoría de la gente sigue sin saber que hay una crisis en Etiopía. Parece que Tigray ya no es un lugar de interés en la agenda mundial, incluso cuando el 90 % de su población necesita urgentemente ayuda alimentaria, el silencio es ensordecedor.

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Mientras tanto, la letra de esa «pequeña canción pop» sigue causando revuelo. El debate sobre la canción de Band Aid y la forma en que retrata la vida de las personas en África ha vuelto a ser noticia. Es inquietante que esto provoque más indignación que la realidad del hambre y la posible hambruna. Ahora más que nunca, debemos centrarnos en los problemas reales a los que se enfrentan las personas en Tigray y más allá.   

No son iniciativas como Band Aid las que «destruyen la dignidad, el orgullo y la identidad» en África. Más que nada, es el hambre lo que lo hace. Y si nos sentimos conmocionados y decidimos actuar por algunas de las historias que escuchamos de Tigray y otros lugares, ¿es eso un resultado tan terrible? Afortunadamente, no todos en África se reconocerían en las imágenes del vídeo de Band Aid. Eso no significa que no le esté sucediendo a algunos o que no debamos hacer algo al respecto. 

La población de Tigray, y la que vive en muchos otros puntos críticos de hambre en todo el mundo, necesita respuestas. Necesita medidas. Centremos nuestras energías en luchar contra este enemigo común: el hambre.

Magnus MacFarlane-Barrow es el fundador y CEO de Mary's Meals.

Solo cuesta 22 € alimentar a un niño con Mary's Meals en su lugar de educación durante todo un curso escolar.