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Fortaleciendo comunidades

Profesores, familias y personas voluntarias se unen para llevar a cabo el programa de alimentación escolar, ayudando a construir vínculos, cooperación y esperanza en toda la comunidad.

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La palabra comunidad es sinónimo de Mary’s Meals. Fue la acción comunitaria la que dio origen a esta misión, y es esa misma acción la que hoy hace posible nuestro programa de alimentación escolar. Si aún no conoces la historia que hay detrás de este trabajo, te invitamos a descubrirla en el libro de nuestro fundador: El cobertizo que alimentó a millones de niños.

Las comunidades están en el corazón de Mary’s Meals. La preparación y el reparto de las comidas lo realizan profesores, madres, padres y personas voluntarias de las comunidades cercanas a cada escuela. Esta participación activa no solo hace posible el programa, sino que también fortalece los lazos, fomenta la cooperación y genera beneficios que van mucho más allá de un plato de comida.

El movimiento global que sostiene este programa está impulsado por la entrega y la determinación de miles de personas que se unen para generar un cambio positivo en sus comunidades... y más allá.

Foto grupo voluntarias

Una receta para unir la comunidad

En la cocina de un centro comunitario en Líbano, Rinda y Fatmeh, dos cocineras voluntarias comprometidas, encuentran alegría sirviendo comidas juntas como parte del programa de alimentación escolar de Mary’s Meals. Sus conmovedores testimonios muestran el poder transformador de nuestro trabajo, que ayuda a fomentar la unidad, construir comunidad y derribar barreras de discriminación en un lugar que ha vivido tiempos especialmente difíciles.

Rinda, libanesa, y Fatmeh, refugiada siria, son madres orgullosas y hablan con entusiasmo cuando se les pregunta por su labor con Mary’s Meals. Su dedicación y compromiso se hacen evidentes mientras aprovechan esta oportunidad para marcar la diferencia en la vida de los niños y sus comunidades. Y en un lugar donde conviven personas locales y refugiadas, el programa no solo alimenta a los niños, sino que también actúa como catalizador de unidad y entendimiento.

Rinda destaca que el origen cultural o social no debería condicionar las relaciones entre las personas:

“Hacemos muchas actividades que animan a los niños a conocerse, así que culturalmente la gente está más cerca”, explica. “Más allá del origen de cada uno, somos hermanos y hermanas, estamos en la misma sintonía. Cuando empecé como voluntaria, conocí a personas de distintos contextos. Se hablan, comparten sus dificultades, se escuchan y a veces, se dan consejos. Es un intercambio precioso que ocurre con naturalidad.”

Foto comunidades 2

El impacto de un plato de Mary’s Meals

Para los niños y niñas que viven en situación de pobreza extrema y con inseguridad alimentaria, los beneficios de recibir una comida diaria en el colegio van mucho más allá de calmar el hambre. Las investigaciones muestran que nuestras comidas, además de reducir el hambre y aumentar la energía, contribuyen a mejorar el bienestar emocional y reducir la ansiedad.

Estudios recientes realizados en cuatro de nuestros principales programas (Kenia, Liberia, Malawi y Zambia) revelaron que el 74% de los niños y niñas tenían hambre antes de recibir Mary’s Meals. Después de la comida, ese número se redujo al 1%¹.
En nuestras investigaciones de 2024 en Kenia, Liberia y Malawi, el 100% del profesorado encuestado afirmó que Mary’s Meals ha tenido un impacto positivo en la calidad de la educación, destacando mejoras en la asistencia, la participación en clase, la concentración, la retención de conocimientos, los resultados académicos y una reducción de enfermedades y ausencias².

Además de los beneficios directos para los estudiantes, la alimentación escolar también tiene efectos positivos más amplios en los hogares y comunidades: mejora la seguridad alimentaria, permite redirigir recursos económicos hacia otras necesidades, facilita la disponibilidad para trabajar y mejora la salud e higiene.

Aunque nuestra atención se centra en cada niño y niña del programa y en la importancia de la comida que reciben cada día escolar, cada plato servido tiene un impacto mucho mayor que el de aliviar el hambre inmediata. El efecto de estas comidas y la esperanza que generan llega a hermanos, hermanas, padres, madres, cuidadores y comunidades enteras que sueñan con un futuro más prometedor.

 

Solo cuesta 22 € alimentar a un niño con Mary's Meals en su lugar de educación durante todo un curso escolar.