Donde empieza la esperanza: algo de luz en medio de la adversidad
Esta Navidad regala esperanza proporcionando comidas escolares que cambian la vida de los niños que más lo necesitan.
¿Por qué necesitamos esperanza?
La esperanza es algo en lo que he estado pensando mucho este año: cómo a veces podemos sentirla en abundancia mientras que, en otras ocasiones, parece que se nos escapa.
Ha habido momentos este año que han resultado muy duros; cuando al mirar al mundo, las grandes esperanzas de una paz duradera, de compasión o incluso los esfuerzos generalizados por amar al prójimo han resultado inútiles. Pero, ante esta dureza, hay señales de esperanza.
Hace poco anunciamos que nuestros programas de alimentación escolar están llegando a más de 3 millones de niños con comidas nutritivas en el colegio. Y, al mismo tiempo, estamos recibiendo noticias esperanzadoras sobre planes de paz y posibles oportunidades de la tan necesaria estabilidad en zonas donde muchas personas están sufriendo enormemente.
Las señales de esperanza —incluso los destellos de luz más pequeños en tiempos de oscuridad— están a nuestro alrededor si sabemos buscarlos. Y con Mary’s Meals, la esperanza aparece de muchas maneras, a menudo en lugares inesperados.
A principios de este año conocimos en Malawi a una joven madre, Estele, que estaba haciendo todo lo posible por criar sola a seis hijos tras la pérdida de su marido. Sus hijos —preocupados por ayudar a su madre y aliviar su carga— trabajaban en lugar de ir al colegio. Mientras describía su tristeza al ver su sufrimiento y hambre, su situación parecía casi completamente desesperada.
Sin embargo, tras la puesta en marcha del programa de alimentación escolar de Mary’s Meals en la escuela primaria local, esta madre ha recuperado la esperanza en el futuro. Hace solo unas semanas, Estele nos dijo: “He experimentado un gran cambio en mi vida”. Sus hijos, que hasta hace poco pasaban los días aislados y se consideraban “marginados”, ahora van contentos al colegio, se relacionan con amigos y sienten esperanza al saber que cada día recibirán comida en el colegio.
La educación y un futuro prometedor para sus hijos era algo que parecía totalmente inalcanzable cuando conocimos a Estele, pero ahora ella y su familia tienen esperanza en lo que está por venir. La transformación que vemos cuando los niños pueden, por fin, contar con una comida nutritiva cada día en el colegio es verdaderamente extraordinaria.
Por eso, os invitamos a Regalar Esperanza esta Navidad, simplemente ayudándonos a ofrecer más de estas comidas que cambian vidas. Hay muchísimos niños esperando. Por favor, si podéis, ayudad a un niño para quien una comida diaria puede marcar toda la diferencia. Hay alegría en dar, y desde luego hay esperanza para los niños que reciben vuestra generosidad.
Que Dios os bendiga,
Magnus MacFarlane-Barrow
CEO y Fundador de Mary’s Meals
Solo cuesta 22 € alimentar a un niño con Mary's Meals en su lugar de educación durante todo un curso escolar.